Nos duele su partida, compañeros. Nos deja un silencio lleno de eco, un vacío que grita su nombre en todos los rincones donde su voz fue alivio. Pero también nos deja una misión: no abandonar su mensaje, no traicionar su ternura valiente. Hoy más que nunca tenemos que seguir su huella.
Porque Francisco nos enseñó que la fe sin justicia es ruido, y el amor sin compromiso es hipocresía. Porque él no nos habló desde un trono, sino desde el barro Argentinos. Que su alma descanse, pero su palabra siga de pie. Gracias, Francisco.
Gracias por mirar al mundo con compasión de un militante peronista. Gracias por no callarte nunca frente a los poderosos.
Gracias por levantar la voz por los que no tienen voz.
Gracias por hacernos sentir que Dios puede caminar en sandalias por una villa y no en limusina por una catedral. Tu partida me duele, pero tu mensaje se queda en mi corazon militante. Y como vos decías:
,"Nadie se salva solo" Hoy nos toca cuidarnos entre nosotros, y seguir tu legado de amor, de humildad y de paz.


Deportes Sidebar B