Lavado de dinero en paraísos fiscales involucra a mandatarios de derecha neoliberal
La región más desigual del planeta es, a su vez, la que tiene a más gobernantes, líderes y exlíderes salpicados por la investigación sobre paraísos fiscales realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). Tres presidentes activos, 11 exmandatarios, ministros y altos funcionarios neoliberales de América latina se valieron de un entramado de sociedades offshore -en paraísos fiscales- para ocultar sus riquezas y evadir impuestos.
En el escenario regional hay tres presidentes en activo: Sebastián Piñera de Chile, Guillermo Lasso de Ecuador y el dominicano Luis Abinader. Once son exmandatarios, por ejemplo, Pedro Pablo Kuczynski (Perú), Porfirio Lobo (Honduras), César Gaviria y Andrés Pastrana (Colombia), Horacio Cartes (Paraguay), y Juan Carlos Varela, Ricardo Martinelli y Ernesto Pérez Balladares (Panamá).
En esos documentos Argentina aparece mencionado 57.307 veces y, al igual que en los Panamá Papers, está involucrada la familia del expresidente Mauricio Macri y su entorno. En esta ocasión se descubrieron cuentas en guaridas fiscales del ecuatoriano consejero político del expresidente y su partido neoliberal PRO, Jaime Durán Barba, y de Mariano Macri, hermano menor del exmandatario.
«Es imposible, desde todo punto de vista, que las offshore tengan un fin lícito. Por definición son un negocio ilícito, algo contrario a las leyes. Es un instrumento para el delito, para la evasión, fundamentalmente para la fuga de capitales», indicó Ricardo Nissen, titular de la Inspección General de Justicia (IGJ) argentina.
En la investigación Pandora Papers, para la que participaron 617 periodistas de 117 países también se revelan operaciones de Zulemita Menem, hija del expresidente Carlos Menem, y de Humberto Grondona, hijo del ex presidente de la Asociación del Fútbol Argentino Julio Grondona.
En el listado también figuran Abdalá II, rey de Jordania; los presidentes de Kenia, Uhuru Kenyatta; Chipre, Nicos Anastasiades y Azerbaiyán, Ilham Aliyev, los primeros ministros de Pakistán, Imran Khan, y de la República Checa, Andrej Babis; el ex primer ministro británico Tony Blair. Los multimillonarios mencionados en el informe incluyen al magnate turco de la construcción Erman Ilicak y Robert Brockman, ex director ejecutivo del fabricante de software Reynolds & Reynolds.
En el recuento de los millonarios proclives a esconder sus fortunas, aparecen también la cantante colombiana Shakira, el español Julio Iglesias, la modelo alemana Claudia Schiffer, el entrenador catalán de futbol Pep Guardiola y el jugador indio de cricket Sachin Tendulkar. Figura también el ex director del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Khan y numerosos empresarios.
Una filtración de más de 12 millones de documentos confidenciales dejó a la intemperie las fortunas secretas de algunas de las personas más influyentes y conocidas en el mundo, abriendo las puertas de la industria offshore, un mundo de fideicomisos opacos, empresas de papel, beneficiarios ocultos y poderosos despachos legales.
América Latina pierde más de 40.000 millones de dólares en impuestos cada año por el abuso de estructuras offshore, según el Tax Justice Project, organización especializada en evasión fiscal. Brasil es el país de la región que más impuestos pierde anualmente: 14.600 millones de dólares, seguido por Colombia, con 11.600 millones de dólares, y México, con 8.250 millones. La OCDE calcula que al menos 11,3 billones de dólares están guardados offshore a nivel mundial.
Papeles de Pandora (o Pandora Papers) es una investigación periodística basada en una gran filtración de documentos confidenciales de 14 despachos de abogados especializados en la creación de sociedades en países como Panamá, las Islas Vírgenes Británicas o las Bahamas. Abarcan más de cinco décadas de registros y permiten reconstruir quiénes, dónde y para qué se crearon estas estructuras, datos que de otra forma no se hubieran hecho públicos.
La investigación de dos años incluyó el análisis de documentos de texto, hojas de cálculo, correos electrónicos e imágenes, actas de constitución, registros de accionistas, facturas, pasaportes, diarios de viaje, construyendo un retrato sin precedentes de la cara oculta de las finanzas internacionales y arrojan luz sobre los secretos de los paraísos fiscales y los profesionales que actúan como puente para llegar a estas jurisdicciones.
La filtración señala a más de 27.000 compañías y a casi 30.000 de sus beneficiarios. Argentina es el país latinoamericano con mayor presencia de beneficiarios finales y el tercero que más aparece en toda la filtración, según el análisis del ICIJ. Brasil, Venezuela y Guatemala están en los primeros 10 lugares en los conteos por país.
En el caso de Sebastián Piñera, los bautizados Pandora Papers señalan la compraventa de Minera Dominga a través de una cuenta offshore en las Islas Vírgenes Británicas. En cuanto a su par Guillermo Lasso, los documentos filtrados resaltan que llegó a tener 14 sociedades offshore principalmente en Panamá, mientras que el dominicano Luis Abinader tiene vínculos y está registrado como beneficiario de dos sociedades en Panamá: Littlecot Inc. y Padreso S.A.
A los tres mandatarios los une un hilo conductor: fueron, cada uno en lo suyo, prósperos empresarios que amasaron fortunas familiares. En la investigación que continúa a los Panamá Papers también figuran funcionarios como el influyente ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, y expresidentes como el peruano Pedro Pablo Kuczynski y el paraguayo Horacio Cartes.
El listado recoge los nombres de unos tres mil mexicanos, como el actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis; el senador Armando Guadiana, los magnates Germán Larrea y María Aramburuzabala, el ex consejero jurídico de la Presidencia Julio Scherer, Enrique Martínez y Martínez, ex gobernador de Coahuila, y los empresarios Ricardo Pierdant, Juan Armando Hinojosa y Carlos Peralta Quintero, estrechamente vinculados con el ex presidente Enrique Peña Nieto. Los latinoamericanos
Los Pandora Papers revelaron este domingo que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, negoció en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes Británicas la compraventa del polémico megaproyecto minero Dominga. La familia Piñera Morel fue la mayor accionista de este proyecto empresarial que vendió al empresario Carlos Alberto Délano, uno de los mejores amigos de presidente. Piñera, quien posee una de las mayores fortunas del país y dejará el poder en marzo de 2022, negó este domingo haber “participado ni haber tenido información alguna respecto del proceso de venta” del megaproyecto Dominga.
Piñera lanzó su empresa de tarjetas de crédito en los años 70 y fue senador durante buena parte de los 90, antes de competir por la presidencia dos veces. Su fortuna se calcula en 2.800 millones de dólares. Como candidato en 2018, Piñera prometió que él y su familia pondrían todas sus sociedades en fideicomisos ciegos, pero dichos fideicomisos se implementaron sólo para las empresas de su familia en Chile, no para las inversiones de sus hijos en el exterior.
Mientras, las aspiraciones políticas del exdirector del Banco Guayaquil, Guillermo Lasso (hoy presidente), lo llevaron a cambiar la estructura de las empresas que tenía fuera del país. Lasso llegó a estar vinculado a 14 sociedades offshore creadas en Panamá, Estados Unidos y Canadá, de las cuales 10 ya están inactivas. Las cerró después de que el correísmo aprobara una ley que prohibía a los candidatos presidenciales tener empresas en paraísos fiscales.
Los fideicomisos Bretten Trust y Liberty US Trust fueron creados en 2017 en Dakota del Sur. A través de mecanismos como empresas fantasmas o testaferros, Lasso logró sortear obstáculos para convertirse en candidato presidencial.
Asimismo, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, está vinculado a dos sociedades offshore en Panamá: Littlecot Inc., que posee junto con su hermana y su hermano, y Padreso S.A., en la que los tres hermanos son accionistas. Abinader es el funcionario más rico de República Dominicana. Su fortuna alcanza aproximadamente los 70 millones de dólares, según la declaración patrimonial que entregó un mes antes de ser electo presidente en 2020.
Mientras, los dos hombres más poderosos del mundo económico de Brasil, Paulo Guedes y Roberto Campos Neto, ministro de Economía y presidente del Banco Central respectivamente, también figuran en los Pandora Papers.
Guedes, cofundador del banco de inversión BTG Pactual, gurú económico del presidente Jair Bolsonaro, ex funcionario del dictador chileno Augusto Pinochet y muy conectado a la élite financiera local fue uno de los accionistas –junto a su esposa e hija- y director de Dreadnoughts International Group, compañía incorporada en las Islas Vírgenes Británicas en 2014.
Campos es propietario de cuatro empresas. Dos de ellas, Cor Assets y ROCN Limited, están registradas en Panamá en sociedad con su esposa. El objetivo declarado de las compañías es invertir en los activos financieros del Santander Private Bank, donde el actual presidente del Banco Central fue miembro del consejo ejecutivo.
Guedes fue responsable de enviar al Congreso el proyecto de reforma fiscal que beneficia a quienes tienen dinero en paraísos fiscales. Campos, por su parte, firmó una resolución que exime a las personas que poseen activos por menos de un millón de dólares en el extranjero de tener que presentar cuentas al Banco Central.
Mientras Horacio Cartes ocupó la presidencia de Paraguay, él y su familia fueron dueños de sociedades offshore con propiedades por un valor de más de un millón de dólares. Cartes y sus tres hijos eran dueños de una offshore en Panamá denominada Dominicana Acquisition S.A., a la cual se sumaron otras dos en 2011, Manantial Azul, Development Corp. y Florale Business Corp.
Cartes es uno de los políticos más influyentes y uno de los hombres de negocios más ricos de Paraguay. En noviembre de 2019, un juez en Brasil emitió una orden de detención contra el empresario como parte de la Operación Lava Jato.
Asimismo, el expresidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, creó en las Islas Vírgenes Británicas la compañía offshore Dorado Asset Management Ltd, creada para la tenencia de inmuebles, cuando se desempeñaba como ministro de Economía y Finanzas (2004-2005) durante la gestión de Alejandro Toledo.
El Ministerio Público de Perú sostiene que la offshore es “clave”, como administradora de fondos, para explicar las ganancias ilícitas de los negocios de Kuczynski con Odebrecht.
Paraísos fiscales
Una sociedad offshore es una entidad que se crea en un país distinto de aquel en que reside su beneficiario, lo cual no es delito. La regla general para que sean legales es que se declaren a las autoridades tributarias competentes. Pero estas sociedades se crean en jurisdicciones opacas en busca de escasas o nulas cargas impositivas y de confidencialidad.
Son empresas “opacas”, “de papel” o “fantasma” porque no tienen actividad real ni empleados ni oficinas físicas y son usadas para ocultar y eximir de responsabilidades fiscales o legales al verdadero dueño de unos activos que pueden ser financieros, pero también se pueden concretar en propiedades inmobiliarias, obras de arte o vehículos, entre otros.
Las empresas opacas se vuelven los dueños legales de estos activos y ocultan la identidad de los dueños reales. Y estas capas se pueden sumar. Una empresa offshore en Belice puede ser dueña de otra en Islas Caymán que es propietaria de otra en Hong Kong. El beneficiario real, en cambio, puede estar en México o Brasil y sus inversiones, en EE UU.
Los problemas comienzan cuando esas sociedades y sus ganancias están deliberadamente escondidas en jurisdicciones opacas, sin que se haya declarado su existencia a las autoridades donde el verdadero propietario tiene su residencia fiscal. Bajo esa capa de opacidad se ocultan flujos de dinero ilícitos que abren la puerta al cohecho, el lavado de dinero, la evasión fiscal o la financiación del terrorismo.
El rey Abdulá de Jordania era un cliente notable de Alcogal. OMC daba servicios al presidente Piñera y a la cantante Shakira. Trident tenía en su cartera a Carlo Ancelotti, el entrenador del Real Madrid, y a Paulo Guedes, ministro brasileño de Economía. Trident, con bienes administrados calculados en 35.000 millones de dólares, asegura que “rutinariamente colabora con cualquier autoridad competente que solicita información”.
En Dubái, SFM ayudó a Dominique Strauss-Kahn, exjefe del FMI, a abrir una empresa para gestionar sus ganancias como consultor internacional. Asiaciti Trust, de Singapur, ayudó a María Asunción Aramburuzabala, la mujer más rica de México, a abrir varias estructuras financieras con las que compró aviones privados y mansiones. Otros proveedores estaban en países pequeños como Seychelles (All About Offshore y Alpha Consulting), Malta (DadLaw) y Chipre (Demetrios A Demetriades LLC). Il Shin, con foco en clientes asiáticos, tiene el grueso de sus operaciones en China.
Tanto los Papeles de Pandora como los Panama Papers fueron proyectos liderados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y, pese a que han pasado cinco años desde la publicación de este último, ambos comparten muchos rasgos comunes. Los documentos asociados a ambas filtraciones tienen su origen en proveedores offshore. De hecho, los Papeles de Panamá procedían de la firma panameña Mossack Fonseca.
La nueva filtración muestra las relaciones entre quienes buscan beneficios en la creación de sociedades de paraísos fiscales y la amplia gama profesionales que les ayudan a cumplir ese objetivo, pero también el apoyo a políticos neoliberales que desde el gobierno puedan facilitar estas fugas de capitales y negocios espurios.
No es un solo despacho como en el caso de los Panamá Papers, sino 14. Y a más despachos, más clientes: los Papeles de Pandora contienen información de más de 29.000 propietarios de sociedades, el doble de lo que se pudo extraer hace un lustro.
Quizá los Papeles de Panamá marcaron un antes y un después en cómo se perciben las sociedades offshore. Lo confirman los abogados que trabajan en el sector y también los archivos de la nueva investigación: después de 2016 Trident Trust incorporó casi un centenar de clientes que optaron por trasladar sus sociedades de Mossack Fonseca al nuevo proveedor para eludir la exposición y la presión de las autoridades.